Hace exactamente cien años, el 21 de diciembre de 1913, Arthur Wynne publicó en el suplemento dominical del New York World el primer crucigrama de la historia.
En la edición de hoy de ABC, Mónica Arrizabalaga hace un magnífico resumen de lo que aquello significó para el mundo y de cómo aquella moda irrumpió con fuerza años más tarde también en la prensa española.
Cito aquí un pequeño fragmento del artículo, que me atañe especialmente:
En 1953 se publicaba también el primer crucigrama firmado con el nombre de Herrero, el abuelo del autor actual del crucigrama blanco Óscar Herrero. Treinta años después José Juan Herrero rebautizaría los crucigramas con el actual «Por Óscar», como muestra de cariño a su hijo que creció «rodeado de crucigramas». «Es un hobby que engancha», asegura Óscar, para quien «hay un cierto toque romántico en los crucigramas».
Hoy el nieto de Herrero y el hermano menor de «Cova» mantienen la fidelidad familiar a las páginas de este diario con un desafío que «forma parte para muchos lectores de ABC de la liturgia de cada mañana».
Venga… ¡a por otros cien años más!
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